Ricardo Izecson Dos Santos Leite más conocido por Kaká, es un futbolista brasileño nacido el 22 de abril de 1982. Es considerado uno de los mejores jugadores de futbol del mundo contemporáneo. Pero Kaká también es conocido por su firme fe en Jesús y por tratar de llevar un vida libre de vicios a donde quiera que va.
Cultiva la fama de buena persona, de marido ejemplar y de practicar un estilo de vida marcado por sus convicciones religiosas. Pertenece a la Iglesia Evangélica y en más de una ocasión ha confesado que cuando se retire le gustaría ser pastor de la misma.
Así es Kaká, una estrella del fútbol que no sale por la noche, no va a ningún sitio sin su mujer y celebra sus goles apuntando con sus dedos al cielo. En una entrevista a una televisión brasileña, Kaká explicó que su fe es el centro de su vida y el secreto de su éxito, ya que Dios guía su camino y eso le da una tranquilidad y una confianza tremenda para hacer su trabajo.
Su fe llega hasta tal punto que no descarta dedicarse en cuerpo y alma a la vida cristiana cuando se retire, ya que uno de sus sueños siempre fue profundizar en la palabra de Dios: le gustaría convertirse en un pastor de la Iglesia Evangelista. A los 18 años se fracturó una vértebra al saltar desde un trampolín, algo que pudo haber supuesto el final de su carrera futbolística.
Pero según él, creer en Jesús le permitió recuperarse y convertirse en el magnífico futbolista que es. Y es que el centro de su vida, como expresa él mismo, no es la fama, ni el dinero ni la gloria deportiva. En sus tenis luce el emblema Dio é fidele (Dios es fiel).
En vez de mandar al diablo a aficionados y periodistas deportivos hostigadores, en el contestador de su móvil ha dejado grabado este mensaje: «Soy Kaká. En este momento no puedo contestar. Gracias. Que Dios te bendiga», según publicó en su día la prensa italiana.
Kaká y Carolina Célico (su esposa) se vieron por primera vez en 2002 y comenzaron un corto noviazgo. Ella estaba aún en la escuela. La pareja se veía cuando él iba a Brasil en cortos viajes, pero su plan era vivir en Italia en muy poco tiempo. Confiesa que desde los veinte años ya pensaba en el matrimonio, pero tuvo que esperar tres años más, uno en Brasil y dos en Italia, pues su por entonces su novia era demasiado joven.
En una entrevista Kaká confesó que ambos decidieron llegar vírgenes al matrimonio, algo que hoy en día es visto como anticuado para el mundo "normal". Finalmente se casaron el 23 de diciembre del 2005 en una iglesia evangélica de Sao Paulo
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